Si tienes una bici y quieres disfrutarla al máximo es fundamental que la ofrezcas un mantenimiento adecuado para poderla sacar el máximo partido posible. Sabemos que no siempre es fácil, tanto por pereza como por falta de conocimientos.
Para ayudarte a que tu bicicleta esté en perfectas condiciones, a continuación te vamos a mostrar una serie de recomendaciones y consejos con los cuales podrás tener la certeza de que la bici siempre estará en buen estado. ¿Quieres conocerlos? Sigue un poco más con nosotros.
1- Limpia correctamente la bicicleta
Pocas personas se animan a limpiar su bicicleta después de una salida, sobre todo si hace frío o si está sucia y embarrada, pero es crucial para mantenerla en buen estado. Aunque el recorrido haya sido seco y polvoriento, es importante incluir un lavado de bicicleta en tu rutina aproximadamente cada dos semanas.
Antes de empezar a mojarla, es fundamental desengrasar la cadena. Un desengrasante en aerosol es muy eficaz para esto. Rocía generosamente el producto sobre la cadena, el casete y los platos, y deja que actúe un rato.
Luego, llena un cubo con agua tibia y jabón. Comienza limpiando la parte superior de la bicicleta y ve avanzando hacia abajo. Usa una esponja para frotar toda la bicicleta. Si el marco está muy sucio, retira las ruedas y limpia también las palas de la horquilla y las vainas. Asegúrate de ser minucioso, y limpia también las llantas, los bujes, los radios y los neumáticos. Si tienes un cuadro de carbono o aluminio, el mantenimiento es similar, pero es importante entender las diferencias entre estos materiales.
Ahora, volvamos a la transmisión. Es probable que necesites un cepillo rígido para limpiar bien el casete. Después de cepillar, enjuaga todo con agua y jabón. Es útil tener la cadena en el plato grande mientras limpias todo a fondo, prestando mucha atención a cada componente. Si necesitas una limpieza más profunda, utiliza un cepillo más duro.
Un cepillo de cerdas duras es esencial para eliminar la suciedad del casete.
Finalmente, rocía ligeramente la bicicleta con una manguera de jardín para enjuagar suavemente los restos de jabón. Si no tienes una manguera, una botella rociadora funciona bien. Evita rociar directamente los rodamientos con agua a alta presión. También es importante secarla bien; no es recomendable dejar la bicicleta mojada. Cuando esté completamente seca, lubrica la cadena y, después de dejarla reposar un rato, limpia el exceso de lubricante.
2- Comprueba el estado de la cadena
Una de las cosas más rápidas dentro del mantenimiento de una bicicleta, pero que pocas personas hacen es analizar el estado de la cadena.
Desde https://maquinabikes.com/taller/, taller experto en reparación de bicicletas, nos comentan que el buen estado de la cadena hará que la bicicleta pueda funcionar correctamente. Como sucede con los coches, es importante intentar analizar cuántos kilómetros se han realizado con esa cadena para ver si es buen momento para cambiarla o no.
Para que te hagas a la idea, una cadena de bici tiene una vida útil de 2000 a 3000 km más o menos. Cuando se superan, lo mejor es cambiarla por una nueva. Como nos comentan los expertos de Maquina Bikes, el coste de una cadena nueva es muy bajo y hará que el resto de la bici funcione correctamente.
El cambio de la cadena no es complicado, pero si no se cuenta con las herramientas y conocimientos necesarios, entonces la tarea se vuelve muy complicada. Si no tienes los conocimientos necesarios, lo mejor es que acudas a un taller como el de Maquina Bikes. Ellos no solo te cambiarán la cadena, te dejarán la bici a punto para que la puedas seguir disfrutando durante miles de kilómetros.
3- Lubricación de cadena
Si sueles lavar tu bicicleta solo una vez al mes, es importante que te asegures de que la cadena esté bien lubricada. Es recomendable buscar un lubricante específico para cadenas que se adapte a las condiciones climáticas de tu área. Existen lubricantes diseñados para condiciones húmedas, secas y mixtas. Mantener la cadena lubricada no solo garantiza un funcionamiento suave, sino que también protege el resto de la transmisión, incluidos los desviadores.
Aplicar lubricante en la polea del cambio inferior ayuda a reducir las salpicaduras en el cassette. Recuerda que invertir en un buen lubricante mejorará el rendimiento general de tu bicicleta. Evita optar por productos de baja calidad solo para ahorrar unos euros.
4- Revisa los frenos
Gira cada rueda y aplica el freno correspondiente. ¿La palanca se mueve de manera uniforme (cuánto tarda en encontrar resistencia)? ¿Se siente sólida? Observa si hay algún roce o si parece que se necesita más fuerza de lo normal para accionar los frenos. Es importante revisar y, si es necesario, purgar o reemplazar los cables y las cubiertas.
Es crucial examinar el desgaste de las pastillas de freno; debes ser un poco investigador al respecto. Si las pastillas de freno de disco tienen tres milímetros o menos, es recomendable cambiarlas. En el caso de los frenos de llanta, las pastillas suelen tener marcas de desgaste. Cuando estas marcas desaparecen o la pastilla alcanza una línea de desgaste marcada, es momento de sustituirlas.
5- Calibra los desviadores
Pon tu bici en un soporte o pide a un amigo que sujete la rueda trasera en el suelo. Mientras pedaleas, cambia todas las velocidades para asegurarte de que no haya problemas al cambiar. Un desviador trasero bien ajustado sube y baja por el cassette sin dificultades. Puedes calibrarlo usando el ajustador de barril en el desviador, que ajusta la tensión del cable. Para mejorar los cambios a marchas más altas, gira el cilindro en sentido contrario a las agujas del reloj para aumentar la tensión del cable. Para mejorar los cambios a marchas más bajas, gira el cilindro en sentido de las agujas del reloj para reducir la tensión del cable.
Si tienes problemas con los cambios o la palanca de cambios está dura, es posible que los cables estén dañados. Siempre es mejor reemplazar los cables y la carcasa juntos, ya que la carcasa puede acumular suciedad y no tiene sentido cambiar solo los cables. A menos que montes en condiciones muy húmedas, generalmente es recomendable reemplazar los cables y la carcasa una vez al año. Si usas un sistema de cambio electrónico, no necesitas hacer más mantenimiento que cargar la batería cuando esté baja.
6- Asegúrate de que los neumáticos están en buen estado
Siempre deberás certificar que el estado de los neumáticos es bueno. No solo debes mirar que tienen dibujo para seguir ofreciendo un buen agarre, también deberás mirar si tienen algún tipo de grieta que puedan provocar un problema en los mismos.
Además, deberás verificar que la presión de los neumáticos es la correcta en cada salida. Puede parecer exagerado si montas a diario, pero nunca se sabe cuándo podrías pinchar una rueda. El hecho de haber regresado a casa sin problemas el día anterior no garantiza que la presión se haya mantenido durante la noche.
Con estos sencillos consejos te puedo asegurar que tu bici te dará muchas alegrías y evitarás la gran mayoría de problemas. Como sucede con los coches, un buen mantenimiento es recomendable, a pesar de que buena parte de los ciclistas no lo hacen.