Cada día está más en tendencia disponer de una casa inteligente, que nos permita incrementar tanto nuestra comodidad como nuestra seguridad, y existen múltiples maneras de conseguirlo. Es muy probable que hayas escuchado hablar en más de una ocasión de la domótica, pero puede que todavía no tengas muy claro en qué consiste. La domótica es, básicamente, un conjunto de sistemas que sirven para automatizar muchas de las tareas de la casa. Uno de los ejemplos más claros con los que puedes hacerte una idea de en qué consiste la domótica es en las persianas, si bien hay miles de ejemplos igualmente válidos. No me cabe duda de que habrás visto, más en las películas que en la vida real (de momento), persianas que se bajan y suben solas, ya sea con un mando o por un comando de voz. En esto precisamente consiste la domótica: en reducir las tareas manuales que controlan nuestro hogar.
Son muchos los aspectos de la casa que puede abarcar la domótica: seguridad, confort, ocio o energía. El concepto de domótica tal y como ahora lo comprendemos va muy ligado a lo que se llama «Internet de las cosas», que consiste precisamente en conectar aspectos de nuestra casa con Internet. Eso es precisamente lo que hace la casa inteligente: su conexión. Poder controlar desde el teléfono móvil el tiempo que una bombilla está encendida, o variar la temperatura del termostato sin levantarnos del sofá, son solo algunas de las cosas que se consiguen con este tipo de innovaciones tecnológicas. No obstante, para que todo esto pueda llevarse a cabo existe un elemento que no debemos pasar por alto, y eso es la tecnología RFID.
Tecnología RFID y domótica
La tecnología RFID hace referencia a la identificación por radiofrecuencia. Es probable que no estés familiarizado con el término, pero seguro que lo estás con su funcionamiento. En más de una ocasión habrás visto utilizada o incluso utilizado la tecnología RFID, pues esta consiste en la lectura de una etiqueta específica para identificar objetos. Un ejemplo muy sencillo de esto es el chip que llevan nuestras mascotas, puesto que este chip es en sí mismo un tag RFID que puede leerse mediante un lector e identificar el código para saber a quién pertenece el animal. Del mismo modo, las tarjetas de crédito contactless a las que tan acostumbrados estamos hoy en día también recurren a este tipo de tecnología, puesto que incluyen una etiqueta RFID que es leída por el TPV cuando la aproximamos, de ahí su funcionamiento.
Con respecto al campo de la domótica, la tecnología RFID es lo que nos permite materializar los avances en programación que han permitido que nuestra casa sea inteligente. Para que nuestra casa esté domotizada con éxito debemos contar con un equipamiento RFID, lo que implica de manera necesaria lectores RFID. El objetivo de esto es poder colocar los tags de radiofrecuencia en los diferentes elementos que queremos domotizar, y conectar estos lectores a un dispositivo electrónico, como podría ser perfectamente el teléfono móvil o la tablet. De este modo, a través del lector RFID, podemos hacer que el móvil reaccione de una manera específica a la lectura de un chip de radiofrecuencia, lo que nos da la libertad de programarlo a voluntad para que, por ejemplo, encienda la calefacción a alguna hora determinada o comience a precalentar el horno antes de que nosotros lleguemos para cenar cuanto antes.
Qué puede aportarte una casa inteligente
Para conseguir una casa inteligente es necesario contar con factores concretos. Existen marcas de dispositivos electrónicos que ya comparten entre sí la opción de domotizar el hogar, todas ellas ancladas a algunas aplicaciones para móviles que puedes instalarte con facilidad. No obstante, si lo que quieres es domotizar elementos con los que ya cuentes en casa y no quieres tener que volver a renovar todo tu hogar para poder convertirlo en una casa inteligente, tu mejor opción es recurrir a la tecnología RFID.
Aun con todo, puede que todavía te preguntes: ¿qué puede aportarme una casa inteligente, más allá de pequeños favores como encender el horno o programar la calefacción?
Lo cierto es que la domótica puede ayudarte a ahorrar energía en gran medida. Muchas veces no controlamos la energía que gastamos, pero con una casa inteligente podemos programar el gasto que podemos realizar a diario. Evidentemente se trata de una opción que también nos ayuda a ahorrar tiempo, en tanto que se encarga él de algunas de las tareas manuales que nos absorben en mayor o menor medida, como la cocina o la limpieza, y, por supuesto, incrementa el confort de estar en casa ya que nos la prepara para cuando lleguemos. Además, no podía faltar la ventaja relacionada con la seguridad, puesto que la domótica implica alarmas y un sistema de cierre mucho más seguro y resistente. En esta misma línea, también puedes incluir en tu cerradura un dispositivo de proximidad RFID que te permita abrir la puerta recurriendo a esta tecnología y deshaciéndote de las llaves tan fácilmente perdibles.